Como ya tenemos claro que nuestra pareja es realmente una pareja y que ya está establecida, si la cosa va bien veremos que el macho se vuelve inquieto y travieso, cantando alegremente y saltando de un saltador a otro, se acercará a la hembra, se alejará y regresará rápidamente, mientras se aproxima a la hembra irá cantando y veremos como se le estrecha la pupila, dilatándose casi al punto de manera muy rápida.
Todo va según tiene que ir, pero falta el apareamiento. Cuando llegue el momento ella aceptará el cortejo del macho y se mostrará dispuesta, la veremos levantar la cola y reclinar la cabeza hacia atrás, toda una invitación que el macho no desaprovechará, colocará una de sus patas sobre la espalda de ella y un poco a lo torpe irá picando sobre ella mientras coge la postura para montarse encima, la cubrirá con una o las dos alas, mientras irá regalándole besitos continuamente, y entonces las cloacas de ambos entrarán en contacto y él depositará su semen en ella. Pueden estar apareándose durante tres o cuatro días.
La hembra empezará a entrar en el nido, entrará y saldrá, poco a poco empezará a pasar más tiempo dentro, hasta que ya apenas la veamos salir del nido más que para hacer sus necesidades (las hará en gran abundancia) y comer algo. Esto significará que va a empezar la puesta de los huevos, una pareja normal y en perfectas condiciones pone una media de 4-9 huevos. No siempre de todos los huevos saldrá un polluelo, sobretodo si la pareja es primeriza. Los huevos que están fecundados tienen un color más rosáceo y los que no lo tienen más blanco, el color es más clarito respecto a los fecundados.